Tal vez no lo hayas leído ni escuchado nunca, pero es bastante probable que si te hayas encontrado en alguna ocasión con algún mensaje en el que tu programa de edición fotográfica favorito te avisaba de que la foto que estabas abriendo se había creado en un espacio de color diferente al que estabas utilizando. Y si te ha ocurrido, es probable que hayas pensado que has roto algo, y una vez superado el susto inicial, lo siguiente que habrás pensado es: ¿y qué demonios es esto del espacio de color? Dedícame un par de minutos y trataré de explicártelo en un lenguaje que te resulte sencillo de entender.
¿Alguna vez has visto un mensaje en tu ordenador avisándote de algo relacionado con los espacios de color? Si estás en esa situación, no te asustes. Es comprensible.
Yo mismo me resistí a informarme de lo que significaban los espacios de color durante mucho tiempo. Digamos que no es el apartado más apasionante de la fotografía digital, ya que hay bastante literatura al respecto pero es toda bastante técnica. Y es que, ¿por qué tengo que saber nada de espacios de color si nunca he elegido ninguno? ¿Realmente los necesito?
Me temo que sí. Más tarde o más temprano, la gestión del color se cruza en la vida de un fotógrafo.
Para que no te ocurra lo que a mí, voy a tratar de explicarte en un lenguaje llano lo que significa, de modo que tengas claro lo que es y no se te olvide en el futuro (y de paso, no te asustes y sepas reaccionar cuando veas estos mensajes).
Lo que ven nuestros ojos, el espectro de luz visible
Si recordáis alguna clase de Ciencias de cuando erais más pequeños, nos explicaban que existía algo llamado el espectro electromagnético y que el ojo humano era capaz de percibir una parte de este espectro electromagnético. Era lo que se llamaba el espectro de luz visible.
Los rayos ultravioleta o los rayos gamma quedaban fuera de este espectro de luz visible: existen, pero no podemos verlos (o al menos yo no puedo).
Lo que muestran los dispositivos: los espacios de color
Al igual que nuestro ojo es incapaz de ver zonas del espectro electromagnético, los dispositivos que habitualmente utilizamos para manipular y presentar nuestras fotos tales como pantallas de televisión u ordenador e impresoras son incapaces de representar el espectro de luz visible.
El problema no sería tan grave si todos tuvieran la misma capacidad de representación, pero no podía ser tan fácil.
Existen diferentes espacios de color y cada uno de ellos tiene capacidades de representación distintas, con mayor o menor limitación de la gama de colores que puede mostrar cada uno.
Adobe RGB, sRGB, ProPhoto RGB... ¿con cuál me quedo?
Si os habéis fijado en el gráfico que aparece más arriba, sRGB es el espacio más limitado y ProPhoto RGB es el más amplio. Si fuera así de sencillo, la elección sería fácil. Siempre el más amplio.
Pero al final dependerá del medio final en el que vayamos a trabajar. Y es que los medios de impresión utilizan a su vez espacios de color diferentes, basados en modelos de color distintos, y normalmente más restrictivos que los que podemos manejar en el ordenador.
En general, y aquí siempre habrá división de opiniones, parece más conveniente utilizar un espacio de color que contenga los colores que pueda representar el dispositivo de salida de tu trabajo final, que en el caso de la impresión en papel será la impresora.
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